sábado, 17 de septiembre de 2011

LAS CREENCIAS: ELEGIR Y RENUNCIAR, EL RESPETO



UNA EXPERIENCIA DE SANACIÓN Y TRANSFORMACIÓN


La sensación que tengo es como si tuviera la cabeza “pelada”, esa es la única palabra que extraigo cada vez que quiero representar cómo me noto. Pelada en un sentido figurado, a la intemperie, no física sino sin límites, sin protección aunque no es la palabra, “permitiendo que” sería más acertado, “dejándome”. Me cuesta traducirlo, es una fuerte sensación física, del sistema nervioso. Desde que descubrí que percibo las creencias como hileras de una irradiación nerviosa enorme en la cabeza, puede ser que en el cerebro, puedo reconocer cuándo mis pensamientos y mis acciones son resultado de una idea fijada en mi mente, heredada posiblemente o extraída de la vida hasta hoy. Ideas que quedaron grabadas, registros sobre mí y sobre el mundo que son la conclusión de lo que sido capaz de entender de lo que he vivido o sufrido. Sumado a todos los patrones que hay en mi línea ancestral, que no entiendo, que desconozco, que me frenan, que me atrapan, que me desesperan, que me generan rabia, enfado, tristeza, y es que no sé qué son, de dónde salen, porqué me rigen tanto. Son ideas que yo no comparto, pero están en mí, y percibo que funciono a partir de ellas creando una vida conforme a ellas. Tengo una vida que responde a creencias que llevo grabadas, resumen de experiencias de vida que no he vivido, incluso de experiencias de otras vidas que no conozco, pero que decididamente me influyen y coartan mi libertad. Percibo miedo y posiblemente ese miedo es a ese desconocimiento que tengo de mí. Porque a pesar de creer que me conozco bastante, me conozco en algunos aspectos pero no me reconozco de entre todos esos patrones muertos que contengo, que experimento, que deciden mis actuaciones en mi vida. Por eso percibo a veces, en un profundo momento interior, esa especie de “para qué” y ese “aburrimiento, gran aburrimiento”. Quizás el aburrimiento, como dice Osho, “significa que mi forma de vivir está mal”; por tanto, cuando conecto con el “estoy aburrida” significa que puedo transformar algo en mí, por que si no estuviera en realidad dispuesta, no hubiera conectado o descubierto ese aburrimiento. Nos aburrimos porque estamos viviendo en patrones muertos dados por los demás y hemos renunciado a nuestra propia forma de vivir, conforme a quienes somos, a nuestra verdad, a lo que deseábamos. Quiero renunciar a esos patrones, salirme de ellos y empezar a vivir por mi propia cuenta, arriesgarme, aceptar el desafío. Reconocer mis miedos a ser creativa con mi vida, conmigo misma. Reconocer el miedo a “hacerlo mal”, a que no sea, lo que yo decida, lo mejor para mi y a  dejar al universo la decisión personal de dirigirme a lo que yo, en realidad, quiero.


Y la vida me trae cosas, va probando, ahora esto, ahora aquello, porque ella se pregunta: ¿será esto lo que quiere? Y voy yo y me lo quedo, me lo creo, y le doy vueltas y me quejo, y me envuelvo de negatividad, o, en un mejor caso, lo aprovecho para crecer y descubrirme. Y me enlentezco. Y me trae otra experiencia, como probando a ver si eso es lo que yo quiero, y me lo quedo, sin discutir, creyendo y confiando en que la vida sabe lo que es bueno para mí. Y claro que lo sabe, lo sabe cuando se lo has dicho y desde tu consciencia has elegido lo que sí quieres en tu vida y has renunciado a lo que no quieres en tu vida. Y cuando menos disperso esté y más concentrada sea esa elección donde se manifieste que” yo quiero esto, pero esto, no esto que se le parece ni aquello, quiero esto, de esta manera en concreto, eligiendo entre un abanico de posibilidades lo que quiero, discerniendo entre lo que sí y lo que no deseo”. Puedo elegir, quiero elegir, no me lo habían dicho. Albergaba la creencia de que la vida ya sabía lo que yo quería y he aceptado eso, y con suerte, lo he aprovechado. Pero hoy, cambio la dinámica de mi funcionamiento, es hoy que descubro, porque me hago consciente del don de la Elección y la Renuncia, y me pregunto hasta qué punto he estado renunciando a lo que me hacía bien y eligiendo lo que no, o no, dejando que “el mundo” que contiene todos esos patrones muertos o creencias, eligieran por mí. He permitido eso, y eso representa esa sensación de mi mente, como abierta y expuesta, ignorante, perpetuada en aceptar lo que vendrá sin un ápice de creación positiva, sin tenerme en cuenta, sin elegir desde mi interior, sin tomar las riendas, la responsabilidad de mi vida y dejándo todo el trabajo al exterior. Y la vida externa se ha ido manifestando como en una prueba en la que yo me he ido reconociendo, que ha ido hablándome de mis ilusiones, de mis deseos, de lo que yo en verdad quiero, y me he sacrificado, y me he resignado a lo que llegaba, sin cuestionarlo. Y conecto en mis registros, en la zona de la espalda, en toda mi energía masculina, en la zona de la voluntad y los deseos, una pérdida de energía, y más que eso, un estar muy lejos de pensar y de sentir que yo puedo decidir lo que quiero, que yo cuento, que yo sé lo que quiero para mi y que mi capacidad de decidir está presente en mi vida y que por qué mis decisiones no van a ser positivas y buenas, geniales, mucho más que todas las decisiones que se han tomado por mi, entresacadas de todos los actos de mis antepasados y del pasado del mundo. SABERME LIBRE, crearme yo, elegir, decidir, apostar, arriesgar, jugar y divertirme experimentando y descubriendo lo que yo quiero en cada supuesta equivocación. Si elijo y yerro, pues elijo otra cosa, ya está, no hay nadie castigándome ni juzgándome en ninguna parte. Y si eso es lo que siento como fruto de alguna experiencia anterior, incluso de alguna vida pasada, tomo hoy conscientemente la decisión de saberme libre de actuar en cada momento conscientemente, y aprendiendo a través de ello y generando una nueva consciencia cada vez y eligiendo continuamente.

Reconozco en mi patrones de mi padre, que los situo en su Árbol de la Vida, en su mapa personal, senderos kármicos que han generado creencias que al mismo tiempo ya habían sido genéticamente heredadas de sus ancestros, que hablan de dejarse llevar por la vida, acepto lo que la vida me traiga y voy para adelante, sufriendo con ello. Es una vida de renuncia absoluta a todo lo creativo. Son esas creencias que viven en mí, entre otras, las que me generan dolor y mucha confusión mental y energética. Me confundo entre los otros porque no sé quien soy, porque no me he construído y me aburro,a pesar de ser feliz, algo en mí se aburre porque no he renunciado a todo lo que hay en mí que no concuerda con mis deseos y con quien yo soy. Como dice Osho:

“…es cuestión de lo que quieres hacer. Hazlo sin pensar en los resultados, y tu aburrimiento desaparecerá. Debes estar llevando a cabo las ideas de los demás, debes estar haciendo las cosas de una forma “correcta”, debes estar haciendo las cosas como hay que hacerlas. Estos son los pilares del aburrimiento.”  Y más tarde dice:

“…Estás aburrido de ti mismo porque no has sido sincero contigo mismo, no has sido honesto contigo mismo, no has sido respetuoso con tu persona.”

¡NO TE HAS RESPETADO!!!! Me lo escribo a mí misma, a ver si me entra, a ver si lo conecto por fin y se transforma en un amor y respeto absoluto por quien yo soy. Iba a escribir que no es un tema mío propio, que es una herencia cuando algo en mí se ha levantado, energéticamente, emocionalmente hablando, y me ha enseñado que sí, que yo lo que he hecho es defenderme, no respetarme…. Siento que se aclara mi mente, pero siento ganas de llorar y dolor en el lado derecho del cuerpo, la zona del padre, es duro transformar esto y sobretodo hacerme consciente. Descubrí hace dos días en una sanación con ayuda de mis guías de luz, que mi padre es un hombre que ha recibido abuso, no físico, pero se le ha faltado al respeto durante muchos años. Uau, una potente energía se mueve en mí, siento náuseas y como si una parte de mi cabeza estuviera fuera de sitio, voy a recomponerme… Me encuentro mal, es duro aceptar esto, él lleva todo esto dentro… Es un gran aprendizaje y quiero hacerlo. Y si es posible al transformarlo en mí, que se libere en él este patrón, deseo y quiero que así sea. ...Me duele mucho la pierna derecha. Las emociones y toda mi energía femenina, ovarios, se resiente. Cuántas experiencias de vida sin respeto habrán ahí, en él, en mí, en todos, que hemos sido mujeres y hombres en otros momentos, llenas de miedo a expresar la divinidad, a expresar la feminidad, la receptividad y el poder de la sangre que contiene a todos los ancestros y a la antigüedad del universo. Quiero bendecir la energía femenina en mí, en ti, en todos y todas, y reconocer que, “la feminidad me hace más fuerte”, y te hace más fuerte a ti, seas hombre o mujer.

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