jueves, 5 de mayo de 2011

LA SINCRONICIDAD O SINCRONÍA EN EL I CHING





El pasado sábado 30 de Abril presenté mi libro “I CHING, una herramienta de transformación para el tercer milenio” en la Librería Escarabajal de Cartagena. Tuve el placer de compartir ese momento con Ana Escarabajal,  que con mucha ilusión y profesionalidad preparó, cuidó y presentó el evento.



Me gusta llamar a los 64 hexagramas del I Ching, símbolos de buena fortuna. Por la energía que emiten, por lo que son capaces de mover en el interior y en el exterior de la vida de las personas, por todo lo que he vivenciado integrando sus 64 hexagramas y lo que han experimentado las personas que han tenido ya la oportunidad de transformarse con él.

El I Ching mostró su originalidad a través de la sincronicidad o  causalidad, a través de los curiosos hechos que ocurrieron esa mañana, envolviendo de magia toda la presentación-taller.

Dice Jung, que el I Ching comprende y conecta con las condiciones subjetivas, es decir, psíquicas, de la totalidad de la situación del momento que estamos experimentando cuando le consultamos o trabajamos con él. Así fue como ocurrió, y nos conectó con las realidades de todas las personas allí presentes. Se desveló, mostró, emocionó, impactó y serenó al mismo tiempo. Cada persona recibió el mensaje que necesitaba para conocerse un poco más, para comprender su momento personal, para descubrir hexagramas que aportarían lucidez, sintonía, apertura, y muchas cosas más, a su vida.

Al día siguiente seguí recibiendo noticias de cómo los participantes se habían sentido reconocidos a través de las pinturas que cada uno de ellos creó. Se dieron causalidades hermosas, números que justo coincidían con el hexagrama que se había pintado, experiencias de vida, problemáticas, que eran explicadas a un participante como ejemplo del funcionamiento del símbolo, que coincidían con la situación concreta de esa persona. Aciertos al relacionar la pintura del hexagrama con la profesión de esa persona, nombres aleatorios utilizados para representar una situación, que coincidían con los familiares del participante. Siguieron ocurriendo esas sincronicidades días después, en las consultas individuales y en la vida particular de los asistentes.



Se dió la magia, el cariño, la conexión, se dió a conocer el nuevo método de transformación que presenta el I Ching para los tiempos actuales, disfrutamos y nos abrimos a la creatividad y al cambio.



 y después de la firma de libros, unos cuantos nos fuimos a comer para seguir disfrutando de la buena compañía!!

domingo, 1 de mayo de 2011

¡ HOY DÍA DE LA MADRE!

¡FELIZ  DÍA  PARA TODAS LAS MADRES!

Precisamente ayer, sin recordar que hoy era el día de la madre, comentábamos con Ramona, una amiga de Cartagena, después de la presentación de mi libro del I Ching, sobre los diferentes matices de la maternidad. Porque la maternidad es para cada una de nosotras algo especial y diferente y cada una de nosotras como madres tenemos una experiencia muy particular de lo que en realidad esa palabra y sobretodo, ese estado significa. Porque la maternidad es un estado, una manera de experimentar la propia vida, de descubrirse, de adentrarse, de profundizar, de reconocerse en muchos aspectos que, si no fuera por ella, quedarían ahí ocultos, sin desvelar.

Cómo siento yo la maternidad, de una manera más espiritual, es diferente de como vivencian otras madres la suya. Podríamos hablar de la maternidad inteletual, de la intuitiva y perceptiva, de la organizada, de la pensada, de la que te sorprende, de la que te abre, de par en par, dejando de atender a razones y entregando toda tu luz y tu experiencia de vida a algo que, naciendo de ti, te traspasa y te acompaña el resto de tu vida.
Podríamos hablar también de la maternidad musical, de la del contacto esencial, de la natural, y también de esa maternidad que descubrió Ramona cuando adoptó a su hijo Serguei, una mañana cuando abrochaba su camisa, tan cerca de su cuerpecito y algo se iluminó en su Ser, en el de ella, y sintió como la bonita palabra "cuidado" se había instalado, para siempre, en su vida. Porque ese Ser que acababa de entrar en su vida iba a transformarla profundamente.


La maternidad podría ser eso que nos ocurre de pronto, que debió ocurrirles a nuestras madres, y a nuestras abuelas, algo que seguirá ocurriendo por generaciones y que se traduce en" la experiencia de abrirse a la capacidades más internas de entrega, de espontaneidad, eternidad, y al descubrimiento en nuestro cuerpo y en nuestra alma de la Madre Naturaleza experimentándose a sí misma en múltiples dimensiones, conectándonos al Todo."