lunes, 25 de noviembre de 2013

La recuperación de la sexualidad de la mujer: Escuchar y sentir el latido del útero.

RECUPERANDO NUESTRO LATIDO DE VIDA

Creo que en el siguiente texto de Casilda Rodrigáñez queda muy bien expuesta la necesidad de las mujeres de descubrir nuestro vientre femenino, recuperar esa hermosa conexión con nuestra matriz, 


y tomar conciencia de cómo hemos sido afectadas dramáticamente por las imposiciones patriarcales, siendo el útero el lugar de receptividad donde han quedado grabadas todas esas informaciones negativas sobre ser mujer, que, aún sin ser conscientes de ellas, están creando nuestra realidad constantemente, reproduciendo vivencias de desempoderamiento y ausencia de calidad de vida, impidiendo que el Amor con mayúsculas forme parte de nuestro día a día. 











La recuperación de la sexualidad de la mujer:

Escuchar y sentir el latido del Útero, de Casilda Rodrigáñez

"La civilización patriarcal cambia el principio de la vida por el de la muerte, y por eso ha tenido en el cuerpo femenino su principal enemigo y su objetivo estratégico central; Romeo de Maio decía que la historia del cuerpo femenino, en nuestra civilización, es una Ilíada de sufrimientos: En el Génesis también se ordena la destrucción de la serpiente (el símbolo de la sexualidad de la mujer) y la prohibición de su conocimiento. Porque si la mujer pare sin deseo y con dolor, y si se aparta de ella a la criatura en el momento del alumbramiento (para cortar el deseo y la producción hormonal que regularía el acoplamiento de ambas), la criatura queda privada de la carga de energía que le corresponde a su integridad humana, al tiempo que la madre queda insensibilizada; insensibilizada ante los deseos y ante el sufrimiento de su prole; es decir, capacitada para realizar las funciones nutricias maternas de manera fría y aséptica, con la disciplina y la represión establecidas en el orden social.

El parto será doloroso mientras las reglas de las adolescentes sean dolorosas, es decir, mientras no exista una cultura que restablezca la unidad psicosomática del cuerpo de la mujer: es decir, que respete, cultive y de conciencia a la mujer de su condición, de su sexo, de su sexualidad, de lo que en realidad es. Una cultura que reconozca y nombre el latido del útero como el latido de la vida. A menudo decimos que el parto actualmente es una violación del cuerpo de la mujer, como lo es el coito cuando la mujer no lo desea, cuando no opera el deseo y se realiza en estado de rigidez, de sequedad, con desgarros.

Para la recuperación de la sensibilidad uterina y de la sexualidad de la mujer, las madres tenemos que explicar a nuestras hijas desde pequeñas que tienen un útero, para qué sirve y cómo funciona. 

Las mujeres tenemos que poner en funcionamiento nuestro neocortex para que nuestra conciencia asuma y asimile el útero; para que lo reintegremos en la percepción de nuestro cuerpo; para recomponer nuestro cuerpo despiezado y que fluya la corriente de sensibilidad entre el útero y la conciencia. 

Tenemos que aprender a escuchar y a sentir el latido del útero; practicar la visualización y la concentración en el útero; y también recuperar la cultura arcaica y su mundo simbólico que han definido y expresado la verdadera sexualidad femenina y la regeneración de la vida."

Extraído  de: http://www.casildarodriganez.org/artics.html