viernes, 1 de mayo de 2015

 Preparando el 4o encuentro de la Formación en el Árbol de la Vida Individual, se me mueven muchas emociones dentro. Llevo días pintando porque siento emociones fuertes a las que quiero dar lugar y comprensión.
Mañana desarrollaremos el Árbol materno, y estos días he descubierto experiencias, grabaciones, huellas, emociones y sentimientos algo desconocidas. Son emociones con las que yo creo que normalmente no estamos en contacto en el día a día, sino grabaciones, memorias que se despiertan al aproximarnos a nuestra vida en el vientre materno, muriendo a un espacio de luz, quizás empezando o acabando un ciclo de vida. Experimentando el reconocimiento de los que serán nuestros padres, siguiendo el hilo de las vidas, tomando consciencia de nuestro programa individual, recordando momentos, estados, asuntos pendientes, lo que necesitamos sanar y liberar.
Hoy he sentido, mientras pintaba lo invisible reaccionando en la materia, el momento antes de entrar en contacto con el útero, con el reino de lo físico que nos envolverá durante 9 meses, con la materia, con la vida en la Tierra. Qué difícil cuando ves las potentes emociones que te esperan, las situaciones en las que te desenvolverás, lo percibido y grabado, lo tan fuertemente sentido.

Recuerdos de traición, de distanciamiento emocional, rabia, resentimientos, tristeza, aparecen cuando volvemos a tomar un primer contacto con la materia, y todas esas sensaciones permanecen como huellas dentro de nosotros, creando después en la vida exterior las circunstancias que nos harán tomar consciencia de que siguen estando ahí, esperando ser resueltas.

Mañana participa en la Formación, la terapeuta regresiva Marta Soler.  Pasamos unos días juntas dejándonos sentir, experimentando diferentes momentos del proceso de la encarnación y Marta me habló de la aceptación y del rechazo a la vida, y de muchas cosas más. Espero entusiasmada el encuentro. Marta nos hablará de la regresión y nos conducirá al estado de la libertad del Ser. Después vivenciaremos una experiencia regresiva al estado intrauterino, al vientre materno.

Cuando comprendemos cómo funciona la vida, todo cambia, el proceso de transformación y despertar está en marcha.







lunes, 27 de abril de 2015

El Árbol de la Vida Individual: Miedo a equivocarse


Una vez tienes tu estudio del Árbol de la Vida Individual, puedes creer interesante, positivo y sanador que tengamos otra entrevista en la que habré levantado el Árbol  de nuevo, para centrar el trabajo en alguno de sus senderos, esas líneas que unen las esferas en el diagrama. Cada sendero revela un aprendizaje, una lección de vida, algo que recordar que nos permitirá fluir y manifestar nuestro potencial y nuestra verdad.
En este árbol de la fotografía, nos centramos en las memorias de los senderos 4 y 13, y al hacerlo, aparecieron las huellas del sendero 16, en el que se halla el "Acento". Donde véis esa A en rojo encima de un 16 en circulo. Ese acento o tendencia revela un fuerte y bloqueante miedo a equivocarse.
Cuando aparece en nuestro plan ese miedo a equivocarse, la persona puede estar frenando todo su potencial, dejando de empoderarse, no acabar de sentirse bien en este mundo. Muchas, la mayoría de esas veces, este miedo existe porque hay una culpabilización detrás. Esas culpas pueden aparecer como memorias de una vida pasada o pueden ser heredadas, y son realmente un freno, porque en este caso, darse cuenta de la equivocación es entrar en una profunda decepción y culpabilización que, vibratoriamente se vive como una muerte o caída al vacío.
Al desarrollar el Árbol e ir trabajando y transformando frecuencias, recuerdo otros muchos donde aparece ese miedo, y es muy sanador y liberador para el alma aprender, que venimos a la Tierra a vivenciar experiencias de todo tipo, y que equivocarse es tener la oportunidad de ser conscientes de algo, de aprender algo nuevo, de desaprender algo que nos condicionó, de reconocernos. Y ese lanzarse conscientemente con la posibilidad de la equivocación nos hace estar mucho más presentes y vivos.
El aprendizaje resumen, la posibilidad de cambio y transformación es:

"Si abres los ojos y haces el aprendizaje, dejas ir las culpas"
Equivocarse entonces, no es morir. Ver que te has equivocado, no te lleva a sentirte culpable sino a aceptar con entusiasmo todo lo que puedes aprender de ti, de la vida, del mundo. Y eso es saludable cien por cien.