sábado, 10 de marzo de 2012

2012, UN SALTO POR DAR


A continuación podéis leer la canalización que ha fluido de manera espontánea esta mañana, tal cual ha surgido...


Los acontecimientos cíclicos, hablan de la sincronía universal y de las capacidades intrínsecas del ser humano para alcanzar verdaderos estados de consciencia a través de la cultura interior. Aprender de los sucesos que se suceden en la historia, en la historia del mundo y sobretodo en la historia personal. Estamos viviendo un tiempo de ciclos y un tiempo de nuevas creaciones que se suceden como verdaderas oportunidades en el tiempo de vida de la persona. Fluctuar entre un tiempo y otro, un estado o lugar, dar lugar al cambio o establecerse en una sola sintonía y no aventurarse a crear nada, por si acaso.
Lo importante ahora es crear, porque la Tierra está avanzando y hay un sinfín de nuevas frecuencias incorporándose al campo del planeta. Como un símil, esas frecuencias también están siendo agregadas por nuestro campo vibratorio ofreciéndonos caminos elevados en el hacer, en la vida del dia a día. Esos campos vibratorios de frecuencias elevadas que se nos presentan, pueden sentirse como remanentes de nuestra propia historia, conciencia de nuestra pasado real, y son los trampolines de nuevos acontecimientos. Podemos hacer como los gatos, apoyarnos sobre las patas de atrás, que permanecen en nuestro pasado, para impulsarnos a dar ese santo cuantitativo, cualitativo, cuántico y natural y acabar alcanzando con nuestras propias manos el otro lado, la nueva esfera de actuación, una forma diferente de estar, un emplazamiento diferente pero sugerente. Tomar contacto con ese peso de lo ya conocido y dejado atrás, permite la aceptación de todo lo ocurrido en nuestras vida, incluída la línea familiar y elegir iniciar un destino no condicionado, ni impregnado de tanto dolor o confusión. Levantándonos de ese lugar conocido pero que baja nuestra frecuencia de energía, apostamos, o por lo menos, empezamos a considerar que hay una nueva manera, una luz que vibra diferente hablándonos entre susurros de que hay que cambiar, que podemos dinamizar nuestro cambio, precisamente contemplando esa densidad vivida, porque es desde donde saltaremos a un nuevo mundo, una nueva Tierra. Darse la posibilidad de vivir en un nuevo mundo, creerse capaz de estar allí, salir del tuburio, de la marca, de la densidad.  Considerar que nuestra luz potencial está abriéndose camino sin esperar, entiendan nuestras mentes, corroboren o no. Es así. El futuro está abierto, todo preparado para la gran fiesta,  ese nuevo espacio vibratorio dentro nuestro que lleva ya mucho, vacío de perspectivas, creando espacio para la nueva creación, para el gran momento, una nueva experiencia de vida que nos acompaña sin   obligación. Un gran acierto cósmico!!!

martes, 6 de marzo de 2012

La sensibilidad y el amor...


A veces la sensibilidad es extrema. Y el exterior se convierte prácticamente en una amenaza. Todo te hace reaccionar. Y me pregunto por qué. Qué hay ahí fuera, en el exterior de mi misma que se vuelve tóxico. O si soy yo que reacciono a todo, que mi sistema  reacciona por hábito o por condicionamiento o por miedo. A veces pienso si no es como una especie de locura, una exageración, una pauta que engrandece o exagera todo aquello con lo que se relaciona. Y si esta exageración procede del ego, de las grandísimas ganas de que se le vea, como una forma de mostrarse, o procede del alma, que habla de que hemos de hacernos conscientes del mundo en el que vivimos,  de una necesidad de volver a lo natural y no manipulado, no distorsionado, a lo puro, a lo esencial. O quizás el Ser se vivencia pequeño y se siente indefenso ante tanta atrocidad, de mente, de corazón, de espíritu.
Me pregunto qué hace que me sensibilice tanto a todo que no me permite tener una vida práctica normal, si normal se refiere a poder respirar, a poder sentirse libre de historias, de cargas, a poder funcionar en la vida terrena, poder relacionarse sin miedo, alimentarse sin terror,  existir simplemente, participar de la vida.
Cuando llega un punto donde te planteas tener que ir con cuidado en todo momento,  qué lugares frecuento, con quién me relaciono, qué cosas me son tóxicas o a qué reacciono, qué potencia mi energía vital y qué me la quita, me llega la idea de si no será el mundo al que rechazo, o si no será mi miedo al rechazo el que necesita un mundo contaminado para rechazar con una buena razón, y aislarme con motivos, si será que acercarme a según qué o quién, me da miedo o pavor, porque quizás no sea aceptada por ser quien soy o como soy. Si en realidad, es que no siento el amor del mundo, de la vida, de la madre, de la Tierra…