viernes, 27 de julio de 2012

LAS ATADURAS, LA SERVIDUMBRE. RECUPERARSE A UNA MISMA.


Todo esto que voy escribiendo en el blog, son experiencias terapéuticas que nacen de un Árbol de la Vida, o de una sesión individual, que abren a lo personal muchas veces. Son aquellos casos en que  una estira del hilo y va encontrando raíces en tantas y tantas cosas...Espero que te sirva...

Siento algo que me aprieta la garganta, como una cuerda que a momentos parece que va a aflojar y que, al no hacerlo, me mantiene en una rabia que casi no escucho. Me siento atrapada, no consigo salir de esta. Aprieta de tal manera que apenas puedo tragar. Me pregunto cómo puedo interpretar esto. Interpretar sin buscar culpables, sin hacer juicios, sin castigarme a mí misma, sin buscarme fallos, atendiéndome y sin dejar de aceptarme tal cual yo soy. Quiero aceptarme como soy. En realidad me gusto. Pero hay muchos momentos en que rechazo alguna parte de mí, conscientemente o no. Entonces no me amo, y recojo patrones antiguos y los pongo en marcha. En esta ocasión no.

Esta sensación de sentirme atrapada la vivo en el dia a día, no constantemente pero sí que hay situaciones que se muestran así en mi vida. Esto que me aprieta, ¿qué es? ¿Me aprieto yo? ¿Me aprieto porque me apretaron? ¿Necesito sentirme atrapada para rebelarme? ¿Soy demasiado conformista o mejor dicho, me adapto demasiado a todo y me atrapo? ¿A quién tengo que desvelar en todo esto? ¿Quién me ha quitado mi voz? Mi voz de dentro, mi dulce voz. ¿A quién no le interesa que yo transmita ese amor? Si vengo a expresar espontáneamente el amor, abiertamente mi corazón, por qué no puedo dejar de mirar atrás cuando yo creo que no miro. Qué personas o acontecimientos se llevaron una parte de mí, a quién le he dado trozos que ahora tanto necesito, qué me debilitó, a quién debilité, quién ató a quién.

Quiero, decreto y manifiesto que ya es hora de desmantelar esta atadura de hace años. Que si algo en algún tiempo fue acordado y dicho, ahora lo revoco, lo cancelo, ya no quiero jugar más. Me he hecho mucho daño. Si te debía algo, ya déjalo estar y nútrete de ti mismo, date lugar, date amor, serénate, confía en ti, suéltate, marcha ya. El pasado no ha de impedir que elijamos nuestras vidas. Nuestros antiguos contratos se pueden cerrar, cancelar, caducaron ya. Eso siento, que está caducado y no lo sueltas, tienes miedo a no recibir tu parte, a no poder subsistir sin mi vitalidad, sin mi fuerza. No puedes enfrentarte a tu verdad y me arrastras. Sé sincero, no quieres dejarme marchar y cuando hablas de amor, encuentro al hechicero que me engancha a él, sin orden ni sentido y me desconcierta y no sé qué es lo que me está sucediendo y entonces recurro de nuevo a ti, en el desespero. Esta ha sido tu jugada magistral, pero ahora ya soy consciente de ella y no te quiero, no te quiero participando de mi vida, no te quiero cerca, no eres culpable de lo que yo elegí pero ahora sí que elijo lo nuevo. Dejarte atrás, comenzar la vida en una resonancia nueva, sanar las ataduras, las dependencias, las adicciones, liberarnos al fin de todo lo nuestro. Quiero marchar, de tu influencia, de tu castigo, de tu manipulación, de tu autoridad, y, aunque tomas diferentes nombres, de ti me quiero liberar, recuperar lo mío, no dejarte huella, desaparecer. Hacerme cargo solo de mi, gastar menos, ocupar mi espacio, regresar, aumentar mi estima, calcular mis ingresos, darme ayuda, cambiar. Dar a luz mis acuerdos de ahora. No atarme más, no permitirme atarme más, no permitir que se me ate más. La necesidad de ser amada me ha hecho no soltar y hacerme ínfima, desprotegida, desvalorizada, en busca del amor que todo lo puede. Pero sin mí, el amor no vuelve, porque no estoy, hay alguien ocupando mi puesto y sigo sin recibir el amor que necesito, del que dependo. Y ahora, en esta nueva virtud, me siento a mí misma renovada, con mi simpatía, con mi genuidad, con mi capacidad, con mi capacidad de aportar sin orgullo, con fundamento, sin necesidades insatisfechas, sin deseo encubierto.

Ahora decido revocar todo el pasado, y empezar componiendo una existencia libre, de pensamientos, de estructuras, de hábitos. Decido y elijo liberar a mi niña, no ocultarla más, hacerle caso, responderle, tenerla en cuenta y prometo dejar de tener miedo a la furia de los otros, al enfado de los otros, a la rabia de los otros, a la cólera que me desprovee de mi propia energía. Quiero darme a mí misma lo que he dado a otros, casi sin pensar, sin darme cuenta, me he dado a trozos, para subsistir, para realizar mi vida sin ti, sintiéndome nada, olvidándome, recluyéndome para hacerte estar.

Y cada vez que escribo con la intención de liberar, eso es lo que hago, te exorcizo, te estoy exorcizando literalmente en otras personas, porque quiero salir de ti, desengancharme y no puedo. En cada persona a la que recibo, te recibo a ti, me ataste, cumpliendo un contrato antiguo que ya no está. En cada carga  estás tú, participando, robando mi energía, desvitalizándome, manteniéndome atrapada en esa oscuridad que envuelve tu corazón, en ese disfrazado amor que engaña y desempodera. En cada palabra hay tiranía, en cada alma me vuelves a atar. Y de veras te exorcizo. Libero mi posesión de ti, de ida y de vuelta, yo formé parte de ello. Pero ya hace tiempo que lo siento fuerte y claro y no deseo permanecer a tu lado en ninguna de las posibles formas, no quiero nada de ti y con ello, te devuelvo todo lo tomado, disculpándome y pidiéndote perdón, porque yo formé parte de ello. Esto fue de dos, no me hago aparte, aunque sí decido ahora elegir una forma nueva de existir, acoger a mi presencia, acunar a mi niña, adorarme a mí misma. No sé a quién adoré sin saberlo, pero adorar, como dice la palabra, rodear de luz dorada, me rodeo a mí y permanezco envuelta en esa capa de vida a la que pertenezco y en vez de desmembrarme me vuelvo y recojo mis pequeños trozos, y los reúno con amor y les doy su lugar, ese que les robé, ese que vacío se llenó de otros, y cubro todo ese espacio conmigo, construyendo unos cimientos nuevos y fuertes donde quién está soy yo, única responsable y ocupante de mi misma.Libero mis ataduras, mis cordones y los nuestros, permaneciendo libres para contemplar la inmensidad del puzzle terreno, el juego de almas, los errores cometidos, y pido perdón, con humildad, a ese Ser que vibra en ti, que observa todo esto con paciencia viendo todo lo bueno. Pido perdón, con humildad a este Ser que yo soy, por meterme en tantos desvaríos, por confundir mi orgullo, mi verdad, por no ser pura de alma, por traer tantas excusas y condicionamientos. Me pido perdón por no ser clara, como en los viejos tiempos, por no dejar claro y dar a confusión y bajarme yo misma la energía y dejarme poseer, bajar mi frecuencia y acceder, implorando discretamente un poco de ese amor del que sé que eres capaz. Que no te engañe mi apreciación, sé de la luz que te colma, pero no accedo porque no quiero. No pude en su momento porque el ego nos dolió, y ahora elijo no hacerlo. Para ti también toda la maravilla de ser que eres, toda tu luz que no quise hacer mía, todo lo que desde tu Ser emanas. Envuélvete de él, es todo lo que necesitas. Así permitirás tu libertad, tu grandeza real aparecer y te olvidarás de mí, de lo mío que brilla y olvidaste en ti. Todo te devuelvo, lo que envidié, lo que me confundió, lo que amé en un momento, toda esta experiencia de vida que ha dado frutos y que parte ya en otra dirección.Devuélveme, desde el alma, con conocimiento de tu espíritu, todo lo que te dí, pequeñas y grandes partes de mí que no amé lo suficiente, todo lo que entregué mendigando algo de amor. Todo mi poder. Te lo dí todo porqué te amé ya una vez, más de una, en otras realidades, en otros tiempos. Y todas las líneas de conexión que se han prolongado hasta aquí, han de quedar sanadas ya para no repetir, para no infligirnos daño, para no buscar entendernos, para no necesitar que nos queramos, para poder prescindir, para poder decidir basta, para no permitir, para ser capaces de poner límites, para no filtrar trozos de otros que cubran nuestras carencias.Asumo mi miedo a la soledad afectiva, y quiero no dar lugar a malentendidos por causa de ella. Quiero sentirla, vivirla para conocerme y darme la posibilidad de revivir todo lo magno que hay en mí con humildad y benevolencia. Quiero aclarar mis potencias y no envidiar las tuyas, no envidiar nunca, sabedora de toda la riqueza que hay depositada en mí, sin orgullo, con aceptación. Dejar de mirar a las joyas individuales de otros y reconocer mi propia fortuna. Recuperar la igualdad, la unidad.Me ato yo cuando me creo incapaz de hacerlo sola. Me ato cuando veo más en ti que en mí. Me ato cuando cubro mis carencias con las tuyas y generamos una dependencia insana que no nos llena si no que nos adormece y envuelve de luz lúgubre y triste. Me ato porque no hay sentido, te atas a mi porque quieres controlar, dominar, ejercer el poder y diluir el mío. Aquí en la Tierra, así como en el cielo, somos dos criaturas iguales a los demás, que en realidad deseamos descubrir la aventura de existir, explorar, elegir, sentir, comunicar, abrazarlo todo y necesitamos dejar atrás el horror vivido juntos para encontrar un equilibrio que se mantenga a pesar de las tempestades del alma. Se vacía mi alma al comprender, ya que fue la necesidad de comprensión lo que nos unió y nos ha mantenido lejos de nuestro real poder. Hoy busco la vida terrena, me empapo y me pinto de barro para sentirla y aprender a amarla de una vez.