viernes, 19 de agosto de 2011

EL ENFADO


EL HÍGADO, LA QUEJA, LA INFLAMACIÓN, EL VERVAIN O VERBENA

Te he notado el hígado inflamado y enseguida se me ha bloqueado la cabeza y el diafragma. Me cuentas que estás enfadada y con razón, y así es en lo práctico, tenemos razones para entrar en cólera y andar quejándonos a menudo y a veces, constantemente. Quisiera enfatizar la importancia de dejar atrás la costumbre o hábito de la queja. No hay nada que deteriore más la energía del hígado. Eliminar la queja de nuestra vida nos proporcionará una energía más sana, más sonriente y plena. La queja siempre contiene una necesidad de que el otro vea el esfuerzo que nosotros estamos haciendo en algún sentido, y la necesidad imperiosa de reconocimiento de ello. Pero, a veces, anda por aquí cubierta la actriz o actor dramático que disfruta con la queja. Que dá paso a sus sinsabores, penas, tristezas, que se agrandan en su actuación porque SU pena, SU dolor, es muy grande. Rozamos la víctima ahí unida al drama. Y creo que dramatizar ha de quedar para las obras de teatro que lo requieran, que las hay muy buenas, pero no para la vida diaria. Sé, y es curioso, que hay personas dramáticas por naturaleza, suelen tener el elemento agua muy acusado, y también hay vibraciones numéricas que hablan de esta tendencia, posiblemente como tema a transformar, proveniente de otras experiencias de vida. Descubrí, haciendo un estudio numerológico, a una chica que había querido ser actriz en la época de Shakespeare, un momento en que las mujeres no podían serlo. Y llevaba toda esa capacidad interpretativa en su alma, que por otro lado, creaba situaciones dramáticas en su vida práctica. Realmente su energía era muy creativa y quería manifestarse de una vez. En este caso abundaba el elemento fuego. Así que representó, mientras estaba trabajando con sus  números personales y su proceso personal, una situación en el exterior, dando paso a esa energía creadora que en su día a día no se manifestaba. Os lo cuento…


En una vida pasada había tenido una experiencia en una cámara de gas, durante el holocausto. Era otra experiencia de vida, no la de actriz, esa fue en otro momento. Total, que nos levantamos por la mañana en la casa donde yo estaba preparando el trabajo, y no se veía nada, todo era blanco, me asusté porque tuve la sensación de no poder respirar, pero no era así. No se veía nada y fui buscando poder salir. Parece ser que se habían reventado las cañerías de la calefacción y toda la casa estaba llena de pues supongo que sería vapor. Lo que sí tuve claro fue que estaba vivenciando esa experiencia en la cámara de gas, creyendo no poder respirar. Para mí no fue una experiencia dramática porque no tengo esos registros en mi alma, pero sí pude reconocer cómo, cuando hay una gran energía creadora en el alma sin poder manifestar, como la de esta actriz que no podía hacer lo que más amaba por la censura de la época, cómo esa energía se exterioriza y se hace visible y proporciona la oportunidad de una liberación al mismo tiempo que un momento de descubrimiento interior. Es curiosa la vida, hermosa y absolutamente creativa.

Suelen pasarme estas cosas de tener experiencias externas que me hablan de la persona cuya energía estoy sanando o estoy percibiendo. El otro día hice una sesión en la naturaleza a una amiga. Después cogí el autobús y empecé a percibir que su energía me estaba calando y queriendo decirme algo. Fui decodificando las informaciones y de pronto, el autobús no podía avanzar. Estábamos en el semáforo y al querer arrancar, el autobús se iba para atrás. Cada vez que el conductor arrancaba, en vez de ir hacia delante, íbamos hacia atrás. Ocurrió varias veces. Capté el mensaje. Doy un paso hacia delante pero voy hacia atrás. Era día 12, que relaciono con el pasado y el saber esperar. Le comenté a mi hija Solara que venía conmigo, que en un día 12, podemos aprender a esperar, sin impacientarnos ni querer achuchar para que las cosas se arreglen rápido. Así que nos lo tomamos con calma y sin generar ningún pensamiento negativo. Comprendí que mi amiga estaba caminando hacia delante pero que cada paso que daba, volvía hacia atrás y conectaba con alguna vivencia del pasado de la cual estaba repitiendo el patrón. Fue estupendo hacer esa sesión un día 12, propicio para sanar el pasado y reconocer que, sigo atada a él y que el pasado ya pasó. Que puedo aprender de él y ser consciente de que, estoy actuando en el presente de una manera no espontánea, inocente, porque respondo a lo que ocurre en mi vida con la carga sin sanar de situaciones del pasado que han dejado su huella. Entender con la mente no sirve, el corazón ha de poder reconocer esa vivencia antigua y dejarla marchar. Reconocimiento, aceptación y liberación, esos son los pasos, todo anclado en el corazón. La mente cree que ha liberado los obstáculos, pero si el corazón no asiente, no hay paso a la transformación. En este caso, esta persona también es una gran creadora. Lleva creencias en sus registros, de que todos podemos cambiar nuestra realidad para mejor. Lo tiene grabado. Eso es algo muy positivo. Es arte-terapeuta y está creando constantemente, y de la misma manera, se manifestó en una situación externa, esa energía creadora hablando de lo que ocurría en su proceso de sanación personal.

Estamos en un momento cósmico donde el tiempo se acelera, cada día nos parece más corto. Me doy cuenta de que estoy escribiendo esto a unas velocidades vertiginosas, jolín, por si acaso se me acaba el día y no he terminado… Y lo que percibo que ocurre hace ya un tiempo, es que no hay tiempo para razones, análisis, pensamientos. Este momento de vital importancia para el planeta, para nosotros y para el cosmos, requiere que vayamos directamente a la aceptación prácticamente. Sea lo que sea que ocurra en nuestras vidas, no hay tiempo para cotejar, andar dando vueltas, buscando razones, no, sólo hay tiempo para ir directamente al corazón y aceptar que, eso que está ocurriéndome, es para mí, y tiene que ver conmigo. Soltar las resistencias. Y saber que nadie, te está juzgando. Y que tampoco he de juzgar lo que me esté pasando, ni estar muy pendiente de las sensaciones, molestias, dolores, inconvenientes, simplemente dejarlo estar, aceptación pura. Un acto enérgico a la vez que equilibrado de asumir que, eso que me ocurre, es para mí, sin buscar siquiera qué me está diciendo, no por lo menos con la mente racional, dejando que se nos revele cuando sea el momento, integrándolo como parte de nuestro proceso de vida, simplemente.

Siguiendo con la inflamación del hígado, la palabra inflamación ya lo dice todo, me inflamo, lo relaciono aquí con el carácter de una persona Vervain, una de las flores de Bach que he trabajado durante tiempo, fue un regalo de la naturaleza y del espíritu para mí y para todos los que la hemos ido tomando. Me inflamo porque yo creo que las cosas han de ser de una determinada manera y cuando me contrarían o no se hacen o no ocurren de esa manera me exalto. Es la flor indicada para los que tienen ideas fijas, creencias y están convencidos de que tienen razón. Y este es el origen de de la inflamación del hígado en este caso concreto. Junto con pena y llanto acumulado por la pérdida reciente del padre. Acumulamos en el hígado melancolías, tristezas, apagones, momentos en que nuestra vela o llama interior afloja, junto con momentos de ira o cólera, donde la vida nos contraría y las cosas no son como querríamos que fuesen. Voy a copiar aquí una parte del texto del libro de Artur José Lopes sobre las flores de Bach, “Las Flores de Bach, una terapia vibracional” de la Editorial Hispano Europea, donde habla de la flor Vervain:

   “La persona Vervain tiene mucho entusiasmo y elocuencia. Tiene una gran facilidad de comunicación, argumenta bien, tiene una gran voluntad pero a veces se excede en sus límites. Se deja guiar por sus creencias y su fe, que le llevan a querer convertir a los demás. Aunque sus intenciones sean buenas, su juicio es cuestionable, puesto que no da espacio para que los demás piensen por sí mismos…No soporta las injusticias y está dispuesto a hacer todo para ayudar, bajo la condición, de que actúen igual que él. Si no lo hacen se vuelven intolerantes. Son idealistas y se irritan mucho cuando las cosas no salen como desean….”

Cuando descubrimos qué hay en nosotros, en nuestros órganos, de qué hablan nuestros malestares, dolores, pero no desde el raciocinio sino desde la aceptación que da paso a la revelación, sanamos, liberamos, nos descargamos y recuperamos nuestro bienestar y nuestra salud, y nos dejamos llevar de la mano del Ser que somos, que se abre camino entonces, con mucha más fluidez, para acercarnos al paraíso en el que estamos apunto de entrar…

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