martes, 16 de agosto de 2011

YO, MI JUEZ INTERIOR



DUREZA, CANDIL, TIMIDEZ…

He canalizado hace unos días un juego espectacular, sanador, con el que estoy haciendo prácticas, que me desvela fácilmente lo que hay dentro de mí que me resisto a ver o a percibir o a sentir. Me han salido estas tres palabras y las he ido conjugando hasta que he conectado con algo. En cuanto esté registrado lo pondré en marcha y os lo presentaré.

La dureza, oculta mi timidez.

A partir de la frase he empezado a notar cosas y las voy a escribir porque descubriré más y mejor.

Noto esa rigidez o dureza en mi nuca, nunca me había fijado tanto. Incluso percibo que esa zona bloqueada en mi pituitaria, o en mi hipotálamo transformador, es debida a una especie de dureza como actitud que he conservado desde niña para que no me dijeran nada que no iba a ser capaz de aceptar. Uau, esto me llega canalizado y me sorprende a mí misma porque es verdad. Ahora me duele todo el cuello, hemos abierto la caja de Pandora…

Me quejo, ¿de qué? Pares e impares, vaya usted a saber….( no entiendo nada…) ¿La dualidad? ¿Las quejas? Este es tema para otro momento. ¡ Dejar de quejarte salvará tu vida! Sí, eso seguro, y dará paso a tu verdadera transformación.

Es una rigidez defensora, me defiendo aunque con ello pierdo la oportunidad de entrar y experimentar. Estoy parada ante la vida por no soportar que alguien me diga si lo hago bien o mal. ¿Y quien es ese que me ha de decir si lo que hago está bien o está mal? Claro, sí, sí, es mi propio juez.


Descubrí a mi juez hace relativamente poco. Llevaba años deseando saber porqué me cogían esos nfados repentinos, como una sublevación de la energía, que una parte de mi veía como observadora, y no entendía el porqué. A ver, motivos siempre tiene una para alzarse, permitirse embravecerse e incluso gritar. La casa, los hijos, que te lleven la contraria, el esfuerzo diario sin reconocer, que no se den cuenta de la intención de tu corazón, etc. etc. Pero yo sentía que era algo más que eso. Todo mi proceso interno de sanación, paso a paso y de la mano de personas competentes, terapeutas del alma, me fue llevando a reconocer a “alguien” que habitaba en mi interior, que pedía “OBEDIENCIA”. La primera vez que mi guía interno me hizo ver esta frecuencia me quedé muy sorprendida, aunque llevaba tiempo pidiendo poder descubrir más sobre mi vibración numérica 35/8 y sabía que por ahí iban los tiros. Pero de tener el conocimiento a reconocerlo e integrarlo, hay una buena distancia. Lo que hice en todo el proceso que derivó en este maravilloso descubrimiento (el de la JUEZA que pedía OBEDIENCIA, rígida además,  porque sí), fue, que cada vez que esa energía de enfado se despertaba, era como si subiera hacia arriba y pudiera más que yo, más que mi control, que mi amor, que mi comprensión que de verdad es mucha, la observaba, contemplaba todo el movimiento de la energía, todo su poder, energía masculina en distorsión. Y, el observarla cada vez que surgía, me proporcionó la oportunidad de RECONOCERME. A pesar de que al principio me costaba porque cuando estás enfadada, te lo crees, te crees que tienes razón y desde luego motivos para que eso sea así. Todo justificaba mi ira. Claro, ¡¡¡quien no tiene hoy en día unos hijos adolescentes, hiperactivos, o creativos, índigos, deseando manifestar todo su potencial!!! La comprensión venía después, al recordar cuáles eran mis valores y  prioridades en mi vida. Cuando sentía el amor tan maravilloso que sentía hacia mi familia, mi vida, mis circunstancias y conectaba con el agradecimiento tan real por todas las bendiciones de las que soy merecedora, uau, esto no lo he dicho yo….lo de merecer… Esto me causaba una gran confusión y una gran tristeza. Porque mi amor era válido, real y verdadero. ¿Cómo podía traicionarlo con ese embravecimiento o enfado tan activo y que me creía tanto? Fue el de verdad querer verme y reconocer quién era yo, qué había en mí, lo que me ayudó. Me ayudó aceptar e integrar que una no es simplemente “una” sino que comprendemos también las herencias familiares, la energía fabulosa de los ancestros que se transmiten a través de nosotros hablándonos claro sobre todo lo que en realidad somos. Cuando entendí a todos los niveles lo que estaba pasando, que habitaban en mí algunos más que yo, la yo, yo, vaya, que yo formo parte de esa línea familiar ancestral y que perpetuo con mi existencia sus herencias, descubrí que Ana es mucho más de lo que había creído nunca. Sentí que yo era mágica porque contenía los deseos, potenciales, dones de todos aquellos de los que provengo, de todos mis antepasados. Me pareció maravilloso, intenso, como algo que se abría y me abría amplio. Tuve esa sensación un día cuando, estando sola en el comedor de casa, me llegó algo como: “Tú eres ellas, y ellas son tú. Tú las contienes a ellas y ellas te contienen a ti, sois parte de lo mismo.” Me hablaban o me hablaba mi guía interno acerca de mis hermanas y acerca del tema que me ha ocupado durante años, el de percibir y vivenciar tanto los campos vibracionales de los otros. Fue todo un descubrimiento que transformó por completo mi consciencia, derribó la idea de la separación, mis creencias, y me abrió a un sentimiento de Amor Unitario nuevo. NO HAY SEPARACIÓN, lo pongo en grande para integrarlo por completo, deseo de verdad cambiar esta idea o creencia por una nueva que diga: JUNTOS TODOS SOMOS UNO. ¡Me gusta!

En el momento en que pude reconocer a mi Jueza Interior, todo ese enfado, esa ira, desapareció. Ahora no me enfado, simplemente hago uso de mi poder y pongo mis límites. Y lo mejor de todo, es que luego no me siento culpable, culpable por traicionar mi amor, era duro todo lo que sentía y me confundía sobre mí misma.

Es ideal observar las propias emociones, seguirles el rastro desde que se inician hasta que terminan. Son como la fiebre, tienen una subida y una bajada. Si eres capaz de estar ahí presente sin juzgar, observando la jugada, cada vez que surja de nuevo una misma emoción, podrás ir descubriendo aspectos nuevos que un día, por fin, te llevarán a la VERDAD de quien eres, con todas tus cargas o, mucho mejor, herencias. Y con herencias no quiero decir echarle la culpa a los antepasados de todo lo que una hace o siente. No es ese el método ni lo que en realidad ocurre. Este último año, y a través de un estudio del Árbol de la Vida de la Cábala que hice a un niño autista, descubrí de primera mano cómo funciona la encarnación y cómo se relacionan  las herencias familiares con el Plan Original Individual de cada uno.

Parece ser, y esto es lo que yo he percibido y comprendido, que a través de los patrones familiares que heredamos, informaciones genéticas que se activan en unos integrantes de la familia y en otros no, en función de su Plan de Vida, podemos experimentar y reconectar con experiencias de vidas pasadas grabadas en nuestra alma. A partir de ese Árbol de autismo, he experimentado en todos los demás estudios y procesos personales que, si ha habido en la historia familiar un tema de adicción, por ejemplo, y eso se activa en el Plan de Vida de la persona, es porque en sus registros esa persona contiene una experiencia de adicción similar y de esta manera esa información saldrá a flote para ser reconocida y liberada de su carga, positivada y transformada.  Y aquí lo dejo ahora porque el tema es muy extenso y en otra ocasión hablaré de esto.

Resumiendo porque me he ido yendo por varios derroteros….entiendo que, la dureza, a menudo oculta una timidez que ocultar, a su vez. Es cierto que de pequeña era muy tímida, tanto como para durante años, tartamudear a momentos. Quien lo diría ahora que donde más disfruto es dando charlas y conferencias. Realmente grandes obstáculos esconden grandes dones y oportunidades. Y ahora veo como esa rigidez o dureza del cuello se relaciona con el defenderme para que no me hagan daño a través de la palabra. Y quizás, ahora puedo descubrir que, la palabra es una herramienta muy poderosa que cura o mata, literalmente. Y que éste ha sido un campo donde yo me he manifestado prácticamente siempre armoniosa, en el hablar, el comunicarme, excepto cuando mi Jueza Interior ha reclamado a todos OBEDIENCIA SUPREMA, ahí la armonía desapareció. Las palabras tienen un gran poder y pueden ser causa de la paz y también de la guerra. Y durante muchísimos años, creo que los que tengo, he deseado desde mi corazón hablar con amor y he pedido al cielo bendiciones para mi garganta y mi boca, para que todo lo que saliera por ella estuviera bañado por el amor del corazón, de no hacer daño a nadie con la palabra. Podréis imaginar que sufrí ataques verbales, por parte de mi madre, durante mucho tiempo. Ella se lo cargaba todo con la palabra, destruía y desconcertaba mi corazón. De ahí posiblemente esa búsqueda importante de la armonía verbal y mi faceta de sanadora a través de la palabra, con las meditaciones de mi libro, mis escritos. Cuando, hace un tiempo, reconocí que toda esta necesidad de armonía y de no hacer daño con la palabra era resultado del otro extremo, de crear la guerra y el dolor con ella, fui haciéndome consciente de que lo que quiero es hablar de la verdad. Ni adornarla ni excusarla, quiero expresar la verdad de lo que soy y cada vez más hablo únicamente de la verdad a las personas, de la verdad de lo que percibo de ellas mismas, de su divino Ser, directa y claramente.

Otra frase:
 “La luz de mi candil, disuelve la dureza que cubría mi timidez.” Y:
 “Es mi propia luz, es reconocerla, lo que disolverá la dureza que sirvió para ocultar mi      timidez.”

Uau, se mueve la energía, se eleva, la creencia de que la dureza sirve, se disuelve. Gracias.



2 comentarios:

  1. Querida Ana, gracias a ti

    tu pones en palabras cosas que yo tengo en mi memoria no conocida

    un beso y un abrazo

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  2. Y eso parece ser que mi Ser, valga la redundancia, ha venido a hacer.

    Gracias por tu cariño,

    que no se quien eres porque sale tu nombre como anónimo.

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