Necesito estar atenta a las reacciones que surgen desde
mi interior, que empañan mi visión y debilitan mi mente, llenándose de
lágrimas. Reconozco la sensación de hace mucho ya, de otros tiempos donde todo
lo que ocurría en mi vida lo relacionaba con que no se me quería. Hoy he tenido
una revolución emocional al estilo antiguo, supongo que para que la vea y
compruebe hoy día, la diferencia. Porque eso es lo que está ocurriendo estos
días… (bueno, me dicen que para cicatrizar la herida)…Que lo estoy reviviendo
para cicatrizar la herida….
Estoy reviviendo muchas emociones del pasado, al mismo
tiempo que soy consciente de que eso es lo que son. Y puedo sentir cómo esos
momentos han mermado mi energía, sintiendo de fondo y de una manera apenas
perceptible, una energía de abuso que me produce confusión. Proviene de alguien
que me dió muchos mensajes contradictorios en el pasado, llenando mi corazón de
angustia e incomprensión y mi mente de confusión. Al sentirlo de nuevo hoy, por
lo menos me he dado cuenta de que no debía justificar a nadie, ni a mí misma ni
al otro. Lo que estaba sintiendo, lo estaba sintiendo con claridad. Cuando
llevamos cargas de manipulación o maltrato psicológico, nos ha quedado la
tendencia energética de perder nuestra energía vital y nuestra autoridad ante
el abuso disfrazado. Porque te confundes, es como si creyeras que no has oído
bien, pero sí, sí que lo has oído, perfectamente.
Hoy he decidido no liberar de responsabilidades a nadie,
no justificar, no intentar ver el lado positivo, o quitarle importancia, he
querido darle el valor que tiene. Al hacerlo, he sentido que al justificar al
otro, me faltaba al respeto y permitía ese abuso, esa pérdida de energía vital
que tanto necesito y quiero, sencillamente porque es mía. He recordado de qué
manera me he vaciado de mi propia luz, excusando a los demás, porque era capaz
de comprender que el otro también tenía sus dificultades. He decidido no
permitir que mi cabeza fuera dando vueltas ni mi ego volviendo una y otra vez a
revivir el dolor. Cada día ocurren cosas que pueden estar afectando a un
probable futuro inmediato. Situaciones que colmaron el pasado de tristeza,
dolor, soledad, y que precisamente, nos recuerdan esa capacidad olvidada de
imaginar y crear un presente abierto, un puente a través del cual crear la vida
que quieres tener.
Tal y como me ha llegado al principio del escrito, voy a
aprovechar para cicatrizar la herida. Quizás sea esto lo que está ocurriéndome
todos estos días. Revivo el pasado y compruebo el gran cambio, la hermosa
transformación que ha ocurrido en mí y el proceso de maduración que ha ido
ocurriendo hasta este momento. Y realmente vale la pena. Vale la pena
escucharse, dejarse sentir, reconocerse, ver la verdad de uno mismo, conocer el
ego, la ignorancia. Observarse, estar atento a lo que ocurre en la propia vida,
para descifrar quién eres y qué asuntos vienes a aprender, qué mágicas
lecciones están siendo desveladas en cada instante de tu existencia, guardando
ese tesoro oculto que es un gran don, porque te permite vivir de frente, dando
a luz todas tus posibilidades, sean cuales sean. Vivir, jugar la partida,
participar, de eso se trata. Mover ficha una y otra vez, pero con consciencia,
cada vez con una mayor consciencia, que alienta a ser más quien uno es. Y a
utilizar todas las herramientas que recibimos para barajar todos los posibles
futuros, al mismo tiempo que nos descubrimos…
Siento que he de dejar atrás la pena, que se abre una
puerta nueva, que esta situación revivida de atrás viene a poner fin a un
sinfín, nunca mejor dicho, de tristezas y llantos internos, de pérdidas, de
nostalgias, de idealismos, de ilusiones nacidas de la inmadurez de otra época,
y que nazco a una etapa de crecimiento sensato, práctico, lleno de infinita
paciencia y espera, donde encuentro un fascinante don oculto, otro tesoro
brillante que me colma y que dibuja una sonrisa en mi corazón, una dulce serenidad
que me permite reconocer la Belleza de la Vida en cada breve instante de la
existencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario