sábado, 16 de julio de 2011

LOS MIEDOS

UNA  EXPERIENCIA  PERCEPTIVA

.....Siento que estoy atrapada...
La sensación es de no poder abrir, como algo que me envuelve y me paraliza, no poder abrir y salir, o no poder conectar con mi fuerza como para hacerlo. Son miedos muy potentes que tienen informaciones de sufrimiento y parten de creencias en el sufrimiento de la humanidad. “Sufrir hace que me purifique de todos los actos negativos que he infringido”. Creer en el sufrimiento como forma de expiación, culpabilidad, y devolver el daño cometido. Siento que ese campo de energía me mantiene encerrada, no tengo la oportunidad de disfrutar y reír, aunque es curioso porque puedo sentirme paralizada al mismo tiempo que me observo con ganas de disfrutar y hacer cosas. Es como una disociación. Quizás sea la polaridad cuerpo y espíritu. Conecto con una idea que hay grabada en el  alma de este Ser, que dice que para ser espiritual no hay que reír, como si el poder del espíritu estuviera reñido con la facultad de soltarme y jugar. Si, ese encierro contiene rigidez extrema, fuerte tensión, intolerancia e incapacidad, una fuerte incapacidad. De hecho el sacro es la zona del cuerpo donde siento que algo se ha de abrir. Sede de miedos atroces y desesperos que me mantienen inconsciente de todo, sin saber. Noto la cabeza por detrás, nuca, occipital, temporales, paralizados, tirando fuerte, energéticamente y no dejando que mi mente consciente pueda hacer lo que quisiera hacer. Me llega la creencia de que “no estará bien hacer lo que yo quiero”, como represión de la propia forma original de ser, aunque aparentemente en esta persona se vea lo contrario, una exteriorización exagerada de la individualidad. Esta persona tiene el cuerpo lleno de líneas de energía cargadas de impotencia, rabia, incapacidad y miedos que generan una fuerte inestabilidad y esta carga supone un no poder avanzar, como si algo o alguien me agarrara fuertemente para que no me moviera. Todas estas sensaciones crearían desesperación en mí si no fuera por la práctica en la percepción de frecuencias, de muy diferentes miedos, tantos como personas existen. Pero sí, hay desesperación. Todo esto hace que la persona, para vivir su vida, no experimente constantemente todo esto y se forma esta especie de caparazón donde se siente protegida, de sí misma, por supuesto, a nivel inconsciente, aunque ella pueda creer que es del mundo tal y como está del que se defiende.

Yo siento que, haya el miedo que haya, sean las experiencias vividas las que fueren, estar aquí en la Tierra es algo muy hermoso y positivo. Hagamos, trabajemos lo necesario para descubrir y vencer el miedo.  Ya que hemos encarnado en cuerpo y alma, vale la pena jugar con todo esto.
Sí. Se me ocurre algo como…Pues oye, ¿tu qué miedo tienes? Pues mira yo, a que alguien me riña o me agreda, ah! Pues yo tengo miedo a ser yo, no sea que no esté bien ser yo mismo. ¿y tú? Pues yo tengo miedo de este mundo donde estoy, no encuentro mi lugar, no siento que nada esté a mi gusto, todo está distorsionado y no quiero confundirme con todo ello, por eso tengo miedo, de encarnar aquí. Ah, vaya! Sí, y a veces me coge como una intranquilidad en mi estómago, en el plexo y no sé quedarme quieto, como si algo fuera a pasar…como una incertidumbre que no me gusta nada experimentar. Pues yo siento mucho miedo cuando oigo ruidos raros, sobretodo por la noche, tengo miedo de ver cosas, cosas que me den miedo claro, ufff! Estos diferentes miedos encontrarían sus esencias florales correspondientes, el Rock Rose, el Mímulus y el Aspen (junto con alguna otra), todas esencias del Dr. Bach.



Cuando estoy con alguien y me coge calor de golpe, normalmente es que hay muchos miedos guardados, quizás ocultos. Algunas  veces los noto en mi espalda, como si me sobrecogieran. Otros en el coxis, al final de la columna. Pueden ser miedos perturbadores que tienen relación con la oscuridad que puede encontrar el Ser en el momento de encarnar. A veces, el Ser contempla la experiencia de vida donde va a encarnar y comprende que hay mucha carga en el adn o la historia familiar, mucho patrón distorsionado a heredar que difícilmente va  a permitir  que mi espíritu sea quien dirija mi encarnación y el Ser siente que se va a envolver de todo esto y no podrá realizar su misión. Todo esto es comprensible, he sentido esto muchas veces en gente joven y niños. Es demasiada carga por limpiar que enlentece o entorpece la libre expresión del ser. Cuando ya has encarnado, todo esto sirve para coger peso, (vaya explicación…), como para materializarse, coger densidad, y será a través de esas cargas que el Ser se experimentará a sí mismo. Claro que, los patrones familiares pueden trabajarlos la familia, padres, tíos, abuelos, madres, tías, abuelas, descargando así esas herencias y allanando el camino para todos. Así el espíritu puede hacer florecer todas sus semillas y ayudar a que florezca todo lo que toca y de lo que es partícipe.

En este caso lo primero que he hecho para manejar este campo de energía castrante tan poderoso, es tomar unas gotitas de Rock Rose, la flor del pánico, miedo, terror de las esencias florales del Dr. Bach. Ponerme un par de gotas en los pulsos, en el coxis para abrir lo que está encerrado. Mi actitud ha sido abrirme a sentir el miedo, sea cual fuere. Observar no estar cerrando o apretando mi cuerpo y mi energía. Respirar, abrir los brazos, abrir el estómago y dejarme sentir, a pesar del tremendo miedo. Respirar siempre ayuda. Ir tomando esta flor bastante seguido. Ser consciente de que este campo de energía reproduce momentos míos de antaño, de niña cuando pasaba tanto y tanto miedo “a los demonios”, yo que sé, he sido siempre muy sensible y he notado y visto cosas. Ojalá hubiera conocido entonces la flor Aspen!

En realidad, percibo que lo que hay debajo es un fuerte sentimiento de desprotección porque la imagen ahora mía que me llega es el terror, estar acurrucada y necesitar protección frente a lo que podía, pues no sé, entrar en mi mundo, en mi plano de vibración, colarse algo, algo que me hiciera miedo. Hoy en día he podido experimentar mi poder de “ahuyentar las sombras” y esos miedos se desvanecen porque mi decisión es de mantener mi estado de felicidad y de gracia a pesar de lo que sea que experimente y me rodee. A todo ello colabora mi constante disposición a reconocer todo lo que hay oculto en mi, el ego, las paranoias o montajes mentales, a reconocerme en cada nuevo campo de energía con el que sintonizo y que me habla de mi propia experiencia de vida, de lo que queda por hacer y de lo ya vivido, que me ofrece pistas interesantes para comprender a las demás personas.

… Siento un desequilibrio fuerte entre mente consciente e inconsciente, todo está paralizado por las informaciones del inconsciente y mi voluntad no sirve para salir de él. Necesito un fuerte impulso para centrar mi energía en el Yo Soy, como desconectarme por fin de esa frecuencia que contiene ataduras negativas y llegar a fluir en la verdad que en realidad es.

Utilizo también la flor Mímulus que me ayuda a calmar esos miedos que todos hemos experimentado alguna vez, para poder desarrollar la confianza, la valentía, el coraje y la seguridad.

Ahora aparece la creencia de “¿y si lo que viene luego (miedo a lo desconocido) es peor?” Jesusito que me quede como estoy…..a lo que freno el avance de cualquier tipo. El cambio siempre es positivo y si siembro semillas positivas, de amor, de calidez, de apertura, de acogimiento,  todo mi campo áurico se transformará y el cambio será posible. Al escribir esto veo a la persona como diciendo”ah! no era para tanto…soplar y relajarse. Si las cosas pueden salir mal, a los ojos de la distorsión, porqué no pueden salir bien, esa es una pregunta que me hago a mí misma cuando siento que podría empezar a preocuparme. Y para ponerme mal antes de hora, pues mira, confío y, si llega el caso, habré recogido energías para estar bien y poder actuar frente al obstáculo o la dificultad. Quiero decir con esto que la actitud es importante.

En realidad, la base de todos los miedos podría estar en el miedo a la muerte, como también el miedo a encarnar que podría en algún caso experimentarse como un miedo a morir,.Perceptivamente se nota como un miedo a lo desconocido pues la muerte se nos pinta con esa cara oculta tan generadora de miedo, por desconocimiento, por informaciones de la época en la que hemos vivido, el país, la ideología, la falta de conexión con la realidad, la verdad de la vida interior. Creo que este es uno de los temas más importantes o que más necesitan cambiar en esta nueva era en la que estamos entrando. Una percepción de la muerte que se asemeje al nacimiento, un cambio de estado natural del que todos participamos y que forma parte de nuestro aprendizaje en la Tierra, algo que todos compartimos y lo más seguro que tenemos en nuestras vidas. Una vez ya sabido que nos vamos a morir, con total seguridad, pues tenemos la opción de comprenderla de una forma nueva, descubrir su verdad, y darnos la oportunidad de vivir en profundidad todo lo que nos toque vivir porque eso es lo que seremos, la suma de todo lo acontecido, aprendido, amado y reído.

Los miedos, y de esto habla el hexagrama 26 del I Ching, tienen su razón en la ignorancia. Una vez conocemos la realidad de todo, de lo que nos preocupa, de aquello de lo que somos capaces, de lo que es la esencia de la vida, de todas las dimensiones de nuestro Ser, aprendemos a vivirla con más amor hacia nosotros mismos y por contagio hacia todos los demás, con otra calidad, apreciando todo lo bueno que experimentamos durante nuestra existencia (algo de lo que nos olvidamos muy a menudo), no reservándonos para ningún momento mejor, sino fluyendo sin parar en el presente y regalando nuestros dones como una fuente enorme de agua borboteante.

Continuará… 

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