Haciendo homenaje a la Numerología, hoy me he despertado ya en una situación que se correspondería con lo que el número 18 nos quiere decir o mostrar. De hecho esta noche pasada, al acostarme, pasé un buen rato sin poder dormir, como molestada por muchas frecuencias. Sigo así, de hecho estoy escribiendo porque sé que todo esto quiere decirme algo y lo quiero transmitir. De esta manera elevo la frecuencia de esta vibración 18 y no me quedo encogida, atolondrada, mermada y asustada. Porque puedo quedarme ahí, pillada en la experiencia emocional o elevarme, como águila, generando una visión completa de lo que está sucediendo, de estas percepciones. Al final tuve que levantarme y limpiarme con unas hierbas para el caso, que es la única manera en que puedo descansar cuando hay tanto movimiento astral. Si, el sendero 18 del Árbol de la Vida, habla del plano astral, de nuestra conexión con él y de todas las informaciones que podemos percibir al entrar en contacto con él, que suele ser más por la noche al acostarnos.
El Sendero 18 en el Árbol es donde está situada la carta del Tarot de La Luna, a la derecha y abajo.
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Ya de entrada me dejé el móvil-despertador en el lavabo, en vez de en la habitación, con lo cual, he tenido que levantarme rápido para que no despertara a toda la casa. Y no lo llevo bien esto. Antes de poner un pie en el suelo necesito haberme “encajado”, haber hecho unas cuantas respiraciones conscientes, a veces me pongo un momento las manos en el plexo, por delante y por detrás a la vez, como insuflándome pilas alcalinas para empezar el día. En realidad es ya una costumbre maravillosa. Una vez ya despierta, agradezco el nuevo día y todo lo que ocurre en mi vida, hoy ya ni me acuerdo de si he agradecido porque sigo trastornada.