HOY, DÍA 29, HEXAGRAMA 29 DEL I CHING
K’ an.-
LO ABISMAL (EL AGUA)
El Agua fluye ininterrumpidamente
llegando a su meta:
La imagen de lo Abismal repetido.
Así el Hombre Superior
Procede siempre con rectitud.
Siempre dedicado a la enseñanza.
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Agua, ____ ____
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Y Agua, ____ ____
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El
Agua llega a su meta porque fluye ininterrumpidamente; llena todos los
surcos antes de seguir su camino. Así lo hace también el Hombre
Superior. Se ocupa de que el bien pase a ser un rasgo firme del carácter
del discípulo, que no sea casual o esporádico. Si se enseña a los
hombres, es importante ser consecuente. Tan sólo la repetición logra que
lo aprendido se haga propio.
“El
acostumbrarse ante el peligro hace que éste entre a formar parte del
modo de ser del hombre. Debido a que conoce el mal, se habitúa a él. Así
se ha perdido el camino del bien. Consecuencia de esto es una mala
fortuna.”
En
momentos de peligro debes considerar serenamente las circunstancias del
momento, contentándote con pequeñas soluciones, puesto que no puedes
conseguir un total éxito. Así también el manantial fluye al comienzo
poco a poco, con demora, antes de abrirse el camino a la libertad.
Precisamente
lo hermoso del elemento Agua es que corre continuamente, llenando todos
los lugares por donde pasa o atraviesa; no retrocede ante el peligro,
ante la caída; nada le hace perder su propio modo de ser. En todas las
circunstancias permanece fiel a sí misma, y en aquellas difíciles, la
sinceridad hace que se comprenda la situación en lo profundo del
corazón.
Cuando se ha llegado a dominar interiormente una situación, el éxito de las acciones exteriores resultará espontáneo.
Pinta
el hexagrama, dibújalo. Siéntelo cuando necesites la fuerza, superar un
asunto, o la fuerza de vencer ese peligro momentáneo, respetando el
momento cósmico. Es ese decir: “que sí, que voy para adelante” y en ese
gesto comprometer la fuerza del corazón, y hacerse cargo por completo de
lo que significa ese movimiento.
Hoy atravieso las grandes aguas.
Esas que me enseñan a nadar entre emociones.
Las que me inundan para que rompa el llanto,
las que me ahogan si no hablo.
Las que con gesto delicado y permisivo se adentran y calan hondo.
Las que con fuerza te hacen avanzar hasta el siguiente peldaño,
de esos peldaños plateados y cristal que nuestra bienamada Presencia se apresura a pisar…
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