Os propongo una meditación para ordenar o reorganizar las vibraciones de color de los centros energéticos:
Siéntate cómodamente y con la espalda recta aunque no rígida, soltando el cuerpo, relajándolo, te centras en tu eje vertical, recorriendo la columna despacio 3 veces.
Cuando hayas acabado, pones atención en los centros de energía o chakras, que tienen su vórtice en la columna vertebral.
Cada chakra tiene un color, aunque éste puede variar dependiendo de las experiencias que estemos viviendo, de las cargas que haya en nuestro interior, de las reacciones emocionales, y otros factores que influyen en ellos.
Sientes tu respiración, permites que fluya naturalmente. Ahora unes tu respiración con el movimiento ascendente y descendente por la columna vertebral.
Sientes tu respiración.
Cuando la respiración se armonice por si misma, centras tu atención en el perineo, en el centro de energía del coxis, el primer chakra. Ahora construyes en esa zona una esfera de luz de color rojo vivo. No importa si no ves nítidamente el color, deja que la energía vaya cogiendo fuerza y creando el rojo. Siente la energía moviéndose. Si fluye el color rosa o cualquier otro, déjalos mostrarse. Si tu atención se mantiene ahí sin forzar, permitiendo a la energía fluir, llegará un momento que el color rojo vivo se instalará en ese centro. Es una esfera de luz que gira sobre si misma.
Ahora pones la atención en el segundo chakra, justo debajo del ombligo, cogiendo toda la zona del sacro. Visualizas ahí primero una energía azul celeste, moviéndose. Se une a ella una luz de color naranja que poco a poco va sustituyendo la azul. Lo mismo que en la anterior, si fluyen otros colores, permítelo, hasta que el naranja se instale por completo. Cada color encontrará su propio lugar en tu sistema de energías. Y las energías distorsionadas se liberarán transformándose en luz.
Pones ahora la atención en el tercer chakra, en el centro de energía que está a medio camino entre el ombligo y el corazón, justo debajo del estómago. Visualizas ahí una esfera de luz blanca, amarillo claro, creándose a si misma, moviéndose despacio y expandiéndose en todas direcciones. Puedes poner ahí una mano por delante y otra por detrás, sintiendo la respiración y transformando esa esfera en una luz amarillo-dorada. Tienes la sensación de que una puerta se abre en ese centro y en esa zona del cuerpo, creando espacio, respirando cada vez más espaciosamente.
Ahora te acercas al chakra del corazón y respiras una hermosa luz blanca, abriéndote a ella, creando espacio. Observas los colores que se muestran en este centro, y sin importar qué colores sean, despiertas en tu corazón el deseo de que cada color encuentre su propio espacio dentro de ti, su orden. Cada color es una frecuencia de luz con sus propias características, y transforma las vibraciones distorsionadas de cada chakra aportando claridad, apertura, centramiento.
Visualizas ahora una luz de color rosa formando una esfera que gira con alegría y paz. Siéntela. Esa luz rosa permanece ahí, acógela, es el color del amor universal. Poco a poco esa esfera se transforma en una esfera de color verde, alternándose los dos colores, sin confundirse, generando un estado de certeza y sabiduría muy hermoso.
Ahora céntrate en tu cuello. Respira ahí una luz de color naranja suave, como una bola juguetona de color que rodea e impregna todo tu cuello y tu garganta. Poco a poco, se une a esta esfera una luz azul vivo, azul del cielo, que brilla envolviendo tu quinto centro de energía.
Mantén, o genera la conciencia de que los centros de energía permanecen activos mientras asciendes por ellos, impregnándose del color y la luz, transformándose.
Visualizas ahora una esfera de luz violeta y lila en tu tercer ojo, en el centro de tu cabeza. Esta esfera vibra buscando su propia armonía, combinando el violeta y el lila alternativamente. Respira, respira sintiendo como se ha ido creando espacio en tu interior. Cuando quieras, crea una esfera de color amarillo en esta zona y percibe como se combinan sin mezclar los tres colores. Percibe el efecto que tienen sobre tus glándulas, tu entrecejo, tu mente. Respira la luz clarita hacia dentro de tu cabeza y deja que lo impregne todo. Pensamientos, ideas, creencias. Ábrete a una energía nueva.
Y ahora te pones en la corona, el séptimo centro de energía y visualizas una hermosa luz blanca brillante. Si aparecen otros colores, deja que se muestren, verás que poco a poco la luz blanca brillante es más pura, más limpia. Permanece ahí respirando. Aprovecha para respirar las energías de colores a través de los chakras, como si con cada inspiración absorbieras el color propio de cada centro y con cada espiración lo llenaras hacia dentro.
Recuerda que los chakras se abren hacia todas direcciones, así que, visualiza el color en cada chakra tomando esto en cuenta. Visualiza el color delante, detrás, a los lados, ocupando todo el espacio.
Siente tu respiración, da gracias a los colores y a Todo por este baño de color y luz. Siente el agradecimiento. Y guarda esa sensación de apertura y espacio como algo hermoso que ha ocurrido y quieres sentir en cada momento del día.
Hola, me encanta esta meditación, es muy inspiradora.
ResponderEliminar¿Sigues pintando camisetas?
¡Un beso!
¡Gracias!
ResponderEliminarSí, sigo pintando camisetas del IChing y ahora quiero sacar unas nuevas con el dibujo de la otra entrada, el mandala de la creación.
Son diez mandalas que representan los diez sefirot del Árbol de la Vida y a cada una le corresponde una cualidad de Dios. Ah, y sigo pintando las de las alas que ya conoces.
¿Qué te parece?
Ya subiré fotos al blog, un beso.