Aquí está el video de la ponencia que hice en el Congreso de Culturas Ancestrales el pasado 11 de Diciembre del 2010, "El Árbol de la Vida de la Cábala, la Numerología Pitagórica y el I Ching".
Espero que podáis ver bien algunas de las pinturas que hice para la ponencia, y que os gusten. Representan a la energía en sus múltiples cualidades. Cualquier comentario o pregunta sobre lo que aquí comento, será bienvenida.
Blog sobre sabiduría ancestral. Escritos,Cursos y conferencias sobre el Árbol de la Vida de la Cábala, el estudio del Árbol Individual y la Formación. Los 64 Hexagramas del I Ching, Numerología, Tarot, Reiki, Meditaciones, esencias florales del Dr. Bach, etc.
domingo, 16 de enero de 2011
viernes, 14 de enero de 2011
ODA A LA FELICIDAD
Pienso que la felicidad es estar presente, en todos los momentos. Tan solo es eso, estar presente, sea lo que sea que esté ocurriendo en tu vida, en la vida de todos.
Hace unos años decidí que, como parecía que nunca era el momento de ser feliz, que ocurrían constantemente cosas, situaciones a mi alrededor, y estados volubles en mi interior, que no me permitían disfrutar de la felicidad de la que soy, conscientemente, capaz, pues decidí que no habría nada que me apartara de mi estado interior de felicidad. Y no fue una decisión a lo bruto, como cerrándome a la desgracia o a los vaivenes de la vida, no, fue una decisión desde el alma sutil, consciente, de que, en la vida, pasan tantas cosas....al cabo de un solo día....que sino me acogía y centraba en ese estado interior de felicidad serena que me habitaba y me habita, nunca podría conectar con ese estado tan hermoso que estaba perpetuamente en mi. Así que fue, una decisión medida por el deseo del espíritu, de participar plenamente en todo sin juzgar lo externo, sin apartarme de mi "si, quiero, ser feliz", "siento mi felicidad, borboteante, juguetona, una mezcla de plenitud y confianza serena, rica, poderosa."
A partir de ahí nada ha podido apartarme de ese sentimiento, de esa frecuencia. Sea lo que sea que ocurra, exterior o interiormente, en ese espacio donde ocurren tantísimas cosas aunque nadie lo vea, no hay lugar para dejar perder esa felicidad que yo soy, por naturaleza, porque es lo que yo soy, "yo soy eso", "yo soy felicidad permanente", independientemente de que en mi vida externa se sucedan los acontecimientos agobiantes, o deprimentes, o mi estado de ánimo varíe y fluctúe desde el más puro amor a la más profunda insatisfacción, heredada o mía, conflictos, soluciones, esperas, prisas y estres, todo eso que también soy yo, pero que no impiden, si yo no me desconecto de quien yo soy, que a pesar de....Todo eso, mi felicidad vibrante, la que nace del Ser que soy, de la parte más pura de mi ángel interior, sigue ahí, sorprendentemente, esperándome y regalándome, eterna, constante.
Aprendí de todo eso, que puede pasar lo que sea fuera, que eso no significa que ya tenga que perderme yo toda. Que ocuparme de mi vida funcional no impide que los estados verdaderos de mi Ser, permanezcan fluyendo continuamente, mostrándose, regalándose y bendiciéndome. Descubrí que soy yo también la que me quedo atrapada en la obligación y me despisto, casi conscientemente y me aprieto, como si la vida me empujara a no se sabe qué prisa o desdicha, como si, algo en mi no quisiera darse cuenta de lo hermoso e iluminado que hay en mi. Y esa reticencia, ¿de dónde sale esa reticencia, cuando yo, me siento amorosa, cariñosa, atenta? ¿qué hay en mi que se resiste a la felicidad? ¿de donde acojo esa costumbre de fastidiar mi felicidad, mi disfrute? Es como si negara la realidad de mi, qué incongruente, con lo que me gusta ser feliz......
Ahora, después de años de mantener esta "táctica", y de permanecer conectada a esa realidad sublime de felicidad interna, soy consciente de cómo y cuánto ha transformado esa actitud en mí. Y no fue algo que me costara, fue simplemente una toma de decisión, un elegir la vida y una renuncia al fastidio, a la queja, a la poca visión de la vibrante luz que fluye expandiéndose a través de todos nosotros, de ida y vuelta, anunciando verdad, comprensión, atención constante.
Hay un hexagrama del I Ching, el 38, que apoya de manera importante esta decisión. Es una frecuencia que habla del "sí a la vida", es una vibración potente de la luz, de la verdad que se oculta durante mucho tiempo pero que, si vas en busca del espíritu, si te comunicas con el resplandor del verdadero Ser que eres, transforma tu resistencia a la propia vida, afirma tu existencia, aclara por su potente luz, te ayuda a hablar claro contigo, y sobretodo, e importante e imprescindible, es una frecuencia que aclara los malentendidos. No solo los malentendidos que hay entre las personas, que son muchos, y causa de separaciones, disgustos, confusión, sobretodo los malentendidos que tenemos en relación a la vida, a lo que significa estar vivo, a lo que uno es, de verdad, no a lo que uno cree que es. Quizás parezca simple, pero en la mayor parte de nosotros hay un problema, desde el cual se sustentan muchas situaciones, decisiones y direcciones en la vida, que es malentender la vida, malentender el ser, malentender quien soy, malentender quienes son los otros, malentender el propósito vital y ya, por hábito, malentenderlo todo. El hexagrama 38 del I Ching, es un símbolo que reparará y te llevará a descubrir la Verdad en su esencia. Vale mucho la pena ir hacia atrás, deshacer, simplificar y al fin, contemplar tan semejante cantidad de luz y de propósito y de comprensión, que la vida se convierte en algo puro, con una gran energía elevadora que te acompañará en ese camino controvertido hacia el espíritu y te pondrá rápidamente y fácilmente en contacto con él.

Ya que acabamos de entrar en un año 2011, pues aprovecharemos ese 11 y el 11 que resulta de la suma del número 38: 3+8=11, para masterizarnos en “Comprensión de la verdadera realidad de la existencia” e ir aprobando la asignatura de acostumbrarnos a esa maravillosa luz que todos somos, no tener miedo de la Verdad y expresar claramente a través de todos los canales que nos sean posibles, que el Espíritu, el Gran Espíritu, reside en cada uno y en todos por igual.
Hace unos años decidí que, como parecía que nunca era el momento de ser feliz, que ocurrían constantemente cosas, situaciones a mi alrededor, y estados volubles en mi interior, que no me permitían disfrutar de la felicidad de la que soy, conscientemente, capaz, pues decidí que no habría nada que me apartara de mi estado interior de felicidad. Y no fue una decisión a lo bruto, como cerrándome a la desgracia o a los vaivenes de la vida, no, fue una decisión desde el alma sutil, consciente, de que, en la vida, pasan tantas cosas....al cabo de un solo día....que sino me acogía y centraba en ese estado interior de felicidad serena que me habitaba y me habita, nunca podría conectar con ese estado tan hermoso que estaba perpetuamente en mi. Así que fue, una decisión medida por el deseo del espíritu, de participar plenamente en todo sin juzgar lo externo, sin apartarme de mi "si, quiero, ser feliz", "siento mi felicidad, borboteante, juguetona, una mezcla de plenitud y confianza serena, rica, poderosa."
A partir de ahí nada ha podido apartarme de ese sentimiento, de esa frecuencia. Sea lo que sea que ocurra, exterior o interiormente, en ese espacio donde ocurren tantísimas cosas aunque nadie lo vea, no hay lugar para dejar perder esa felicidad que yo soy, por naturaleza, porque es lo que yo soy, "yo soy eso", "yo soy felicidad permanente", independientemente de que en mi vida externa se sucedan los acontecimientos agobiantes, o deprimentes, o mi estado de ánimo varíe y fluctúe desde el más puro amor a la más profunda insatisfacción, heredada o mía, conflictos, soluciones, esperas, prisas y estres, todo eso que también soy yo, pero que no impiden, si yo no me desconecto de quien yo soy, que a pesar de....Todo eso, mi felicidad vibrante, la que nace del Ser que soy, de la parte más pura de mi ángel interior, sigue ahí, sorprendentemente, esperándome y regalándome, eterna, constante.
Aprendí de todo eso, que puede pasar lo que sea fuera, que eso no significa que ya tenga que perderme yo toda. Que ocuparme de mi vida funcional no impide que los estados verdaderos de mi Ser, permanezcan fluyendo continuamente, mostrándose, regalándose y bendiciéndome. Descubrí que soy yo también la que me quedo atrapada en la obligación y me despisto, casi conscientemente y me aprieto, como si la vida me empujara a no se sabe qué prisa o desdicha, como si, algo en mi no quisiera darse cuenta de lo hermoso e iluminado que hay en mi. Y esa reticencia, ¿de dónde sale esa reticencia, cuando yo, me siento amorosa, cariñosa, atenta? ¿qué hay en mi que se resiste a la felicidad? ¿de donde acojo esa costumbre de fastidiar mi felicidad, mi disfrute? Es como si negara la realidad de mi, qué incongruente, con lo que me gusta ser feliz......
Ahora, después de años de mantener esta "táctica", y de permanecer conectada a esa realidad sublime de felicidad interna, soy consciente de cómo y cuánto ha transformado esa actitud en mí. Y no fue algo que me costara, fue simplemente una toma de decisión, un elegir la vida y una renuncia al fastidio, a la queja, a la poca visión de la vibrante luz que fluye expandiéndose a través de todos nosotros, de ida y vuelta, anunciando verdad, comprensión, atención constante.
Hay un hexagrama del I Ching, el 38, que apoya de manera importante esta decisión. Es una frecuencia que habla del "sí a la vida", es una vibración potente de la luz, de la verdad que se oculta durante mucho tiempo pero que, si vas en busca del espíritu, si te comunicas con el resplandor del verdadero Ser que eres, transforma tu resistencia a la propia vida, afirma tu existencia, aclara por su potente luz, te ayuda a hablar claro contigo, y sobretodo, e importante e imprescindible, es una frecuencia que aclara los malentendidos. No solo los malentendidos que hay entre las personas, que son muchos, y causa de separaciones, disgustos, confusión, sobretodo los malentendidos que tenemos en relación a la vida, a lo que significa estar vivo, a lo que uno es, de verdad, no a lo que uno cree que es. Quizás parezca simple, pero en la mayor parte de nosotros hay un problema, desde el cual se sustentan muchas situaciones, decisiones y direcciones en la vida, que es malentender la vida, malentender el ser, malentender quien soy, malentender quienes son los otros, malentender el propósito vital y ya, por hábito, malentenderlo todo. El hexagrama 38 del I Ching, es un símbolo que reparará y te llevará a descubrir la Verdad en su esencia. Vale mucho la pena ir hacia atrás, deshacer, simplificar y al fin, contemplar tan semejante cantidad de luz y de propósito y de comprensión, que la vida se convierte en algo puro, con una gran energía elevadora que te acompañará en ese camino controvertido hacia el espíritu y te pondrá rápidamente y fácilmente en contacto con él.

Ya que acabamos de entrar en un año 2011, pues aprovecharemos ese 11 y el 11 que resulta de la suma del número 38: 3+8=11, para masterizarnos en “Comprensión de la verdadera realidad de la existencia” e ir aprobando la asignatura de acostumbrarnos a esa maravillosa luz que todos somos, no tener miedo de la Verdad y expresar claramente a través de todos los canales que nos sean posibles, que el Espíritu, el Gran Espíritu, reside en cada uno y en todos por igual.
domingo, 12 de diciembre de 2010
MEDITACIÓN PARA LA REORGANIZACIÓN DE LAS ENERGÍAS DE LOS CHAKRAS
Os propongo una meditación para ordenar o reorganizar las vibraciones de color de los centros energéticos:
Siéntate cómodamente y con la espalda recta aunque no rígida, soltando el cuerpo, relajándolo, te centras en tu eje vertical, recorriendo la columna despacio 3 veces.
Cuando hayas acabado, pones atención en los centros de energía o chakras, que tienen su vórtice en la columna vertebral.
Cada chakra tiene un color, aunque éste puede variar dependiendo de las experiencias que estemos viviendo, de las cargas que haya en nuestro interior, de las reacciones emocionales, y otros factores que influyen en ellos.
Sientes tu respiración, permites que fluya naturalmente. Ahora unes tu respiración con el movimiento ascendente y descendente por la columna vertebral.
Sientes tu respiración.
Cuando la respiración se armonice por si misma, centras tu atención en el perineo, en el centro de energía del coxis, el primer chakra. Ahora construyes en esa zona una esfera de luz de color rojo vivo. No importa si no ves nítidamente el color, deja que la energía vaya cogiendo fuerza y creando el rojo. Siente la energía moviéndose. Si fluye el color rosa o cualquier otro, déjalos mostrarse. Si tu atención se mantiene ahí sin forzar, permitiendo a la energía fluir, llegará un momento que el color rojo vivo se instalará en ese centro. Es una esfera de luz que gira sobre si misma.
Ahora pones la atención en el segundo chakra, justo debajo del ombligo, cogiendo toda la zona del sacro. Visualizas ahí primero una energía azul celeste, moviéndose. Se une a ella una luz de color naranja que poco a poco va sustituyendo la azul. Lo mismo que en la anterior, si fluyen otros colores, permítelo, hasta que el naranja se instale por completo. Cada color encontrará su propio lugar en tu sistema de energías. Y las energías distorsionadas se liberarán transformándose en luz.
Pones ahora la atención en el tercer chakra, en el centro de energía que está a medio camino entre el ombligo y el corazón, justo debajo del estómago. Visualizas ahí una esfera de luz blanca, amarillo claro, creándose a si misma, moviéndose despacio y expandiéndose en todas direcciones. Puedes poner ahí una mano por delante y otra por detrás, sintiendo la respiración y transformando esa esfera en una luz amarillo-dorada. Tienes la sensación de que una puerta se abre en ese centro y en esa zona del cuerpo, creando espacio, respirando cada vez más espaciosamente.
Ahora te acercas al chakra del corazón y respiras una hermosa luz blanca, abriéndote a ella, creando espacio. Observas los colores que se muestran en este centro, y sin importar qué colores sean, despiertas en tu corazón el deseo de que cada color encuentre su propio espacio dentro de ti, su orden. Cada color es una frecuencia de luz con sus propias características, y transforma las vibraciones distorsionadas de cada chakra aportando claridad, apertura, centramiento.
Visualizas ahora una luz de color rosa formando una esfera que gira con alegría y paz. Siéntela. Esa luz rosa permanece ahí, acógela, es el color del amor universal. Poco a poco esa esfera se transforma en una esfera de color verde, alternándose los dos colores, sin confundirse, generando un estado de certeza y sabiduría muy hermoso.
Ahora céntrate en tu cuello. Respira ahí una luz de color naranja suave, como una bola juguetona de color que rodea e impregna todo tu cuello y tu garganta. Poco a poco, se une a esta esfera una luz azul vivo, azul del cielo, que brilla envolviendo tu quinto centro de energía.
Mantén, o genera la conciencia de que los centros de energía permanecen activos mientras asciendes por ellos, impregnándose del color y la luz, transformándose.
Visualizas ahora una esfera de luz violeta y lila en tu tercer ojo, en el centro de tu cabeza. Esta esfera vibra buscando su propia armonía, combinando el violeta y el lila alternativamente. Respira, respira sintiendo como se ha ido creando espacio en tu interior. Cuando quieras, crea una esfera de color amarillo en esta zona y percibe como se combinan sin mezclar los tres colores. Percibe el efecto que tienen sobre tus glándulas, tu entrecejo, tu mente. Respira la luz clarita hacia dentro de tu cabeza y deja que lo impregne todo. Pensamientos, ideas, creencias. Ábrete a una energía nueva.
Y ahora te pones en la corona, el séptimo centro de energía y visualizas una hermosa luz blanca brillante. Si aparecen otros colores, deja que se muestren, verás que poco a poco la luz blanca brillante es más pura, más limpia. Permanece ahí respirando. Aprovecha para respirar las energías de colores a través de los chakras, como si con cada inspiración absorbieras el color propio de cada centro y con cada espiración lo llenaras hacia dentro.
Recuerda que los chakras se abren hacia todas direcciones, así que, visualiza el color en cada chakra tomando esto en cuenta. Visualiza el color delante, detrás, a los lados, ocupando todo el espacio.
Siente tu respiración, da gracias a los colores y a Todo por este baño de color y luz. Siente el agradecimiento. Y guarda esa sensación de apertura y espacio como algo hermoso que ha ocurrido y quieres sentir en cada momento del día.
Siéntate cómodamente y con la espalda recta aunque no rígida, soltando el cuerpo, relajándolo, te centras en tu eje vertical, recorriendo la columna despacio 3 veces.
Cuando hayas acabado, pones atención en los centros de energía o chakras, que tienen su vórtice en la columna vertebral.
Cada chakra tiene un color, aunque éste puede variar dependiendo de las experiencias que estemos viviendo, de las cargas que haya en nuestro interior, de las reacciones emocionales, y otros factores que influyen en ellos.
Sientes tu respiración, permites que fluya naturalmente. Ahora unes tu respiración con el movimiento ascendente y descendente por la columna vertebral.
Sientes tu respiración.
Cuando la respiración se armonice por si misma, centras tu atención en el perineo, en el centro de energía del coxis, el primer chakra. Ahora construyes en esa zona una esfera de luz de color rojo vivo. No importa si no ves nítidamente el color, deja que la energía vaya cogiendo fuerza y creando el rojo. Siente la energía moviéndose. Si fluye el color rosa o cualquier otro, déjalos mostrarse. Si tu atención se mantiene ahí sin forzar, permitiendo a la energía fluir, llegará un momento que el color rojo vivo se instalará en ese centro. Es una esfera de luz que gira sobre si misma.
Ahora pones la atención en el segundo chakra, justo debajo del ombligo, cogiendo toda la zona del sacro. Visualizas ahí primero una energía azul celeste, moviéndose. Se une a ella una luz de color naranja que poco a poco va sustituyendo la azul. Lo mismo que en la anterior, si fluyen otros colores, permítelo, hasta que el naranja se instale por completo. Cada color encontrará su propio lugar en tu sistema de energías. Y las energías distorsionadas se liberarán transformándose en luz.
Pones ahora la atención en el tercer chakra, en el centro de energía que está a medio camino entre el ombligo y el corazón, justo debajo del estómago. Visualizas ahí una esfera de luz blanca, amarillo claro, creándose a si misma, moviéndose despacio y expandiéndose en todas direcciones. Puedes poner ahí una mano por delante y otra por detrás, sintiendo la respiración y transformando esa esfera en una luz amarillo-dorada. Tienes la sensación de que una puerta se abre en ese centro y en esa zona del cuerpo, creando espacio, respirando cada vez más espaciosamente.
Ahora te acercas al chakra del corazón y respiras una hermosa luz blanca, abriéndote a ella, creando espacio. Observas los colores que se muestran en este centro, y sin importar qué colores sean, despiertas en tu corazón el deseo de que cada color encuentre su propio espacio dentro de ti, su orden. Cada color es una frecuencia de luz con sus propias características, y transforma las vibraciones distorsionadas de cada chakra aportando claridad, apertura, centramiento.
Visualizas ahora una luz de color rosa formando una esfera que gira con alegría y paz. Siéntela. Esa luz rosa permanece ahí, acógela, es el color del amor universal. Poco a poco esa esfera se transforma en una esfera de color verde, alternándose los dos colores, sin confundirse, generando un estado de certeza y sabiduría muy hermoso.
Ahora céntrate en tu cuello. Respira ahí una luz de color naranja suave, como una bola juguetona de color que rodea e impregna todo tu cuello y tu garganta. Poco a poco, se une a esta esfera una luz azul vivo, azul del cielo, que brilla envolviendo tu quinto centro de energía.
Mantén, o genera la conciencia de que los centros de energía permanecen activos mientras asciendes por ellos, impregnándose del color y la luz, transformándose.
Visualizas ahora una esfera de luz violeta y lila en tu tercer ojo, en el centro de tu cabeza. Esta esfera vibra buscando su propia armonía, combinando el violeta y el lila alternativamente. Respira, respira sintiendo como se ha ido creando espacio en tu interior. Cuando quieras, crea una esfera de color amarillo en esta zona y percibe como se combinan sin mezclar los tres colores. Percibe el efecto que tienen sobre tus glándulas, tu entrecejo, tu mente. Respira la luz clarita hacia dentro de tu cabeza y deja que lo impregne todo. Pensamientos, ideas, creencias. Ábrete a una energía nueva.
Y ahora te pones en la corona, el séptimo centro de energía y visualizas una hermosa luz blanca brillante. Si aparecen otros colores, deja que se muestren, verás que poco a poco la luz blanca brillante es más pura, más limpia. Permanece ahí respirando. Aprovecha para respirar las energías de colores a través de los chakras, como si con cada inspiración absorbieras el color propio de cada centro y con cada espiración lo llenaras hacia dentro.
Recuerda que los chakras se abren hacia todas direcciones, así que, visualiza el color en cada chakra tomando esto en cuenta. Visualiza el color delante, detrás, a los lados, ocupando todo el espacio.
Siente tu respiración, da gracias a los colores y a Todo por este baño de color y luz. Siente el agradecimiento. Y guarda esa sensación de apertura y espacio como algo hermoso que ha ocurrido y quieres sentir en cada momento del día.
El Orden Cósmico

De la misma manera que la Numerología habla del Orden Cósmico, La sabiduría ancestral del libro del I Ching, habla de la Armonía Cósmica. Cuando nos armonizamos con el Cosmos, permitimos que fluya la buena fortuna en nuetros espacios internos y externos.
Este es el hexagrama número 34 del I Ching:
Su energía transformadora proporciona orden. Mental, emocional, energético. Organiza y completa. Puedes meditarlo, pintarlo, dibujarlo, respirarlo en tus chakras o centros de energía…Verás como la distorsión se convierte en orden y todo vuelve a ocupar su espacio o lugar original. Apaga el ruido interior, induce al silencio mental y reordena los espacios energéticos de tu propio campo áurico.Si lo pruebas, ya me dirás de qué manera el orden ha vuelto a tu vida…
Numerologia Pitagórica
El maestro iniciado Pitágoras comprendió que todo en el universo era organizado. Que había un Orden Cósmico que, aunque el ser humano no podía percibir, lo envolvía todo y a todos. Para él, y para la Numerología, los números son vibraciones que lo impregnan todo. Forman parte de los elementos que constituyen las cualidades esenciales de las personas y de los momentos, de toda la existencia. Las vibraciones numéricas son bendiciones que el cosmos nos regala en movimientos ordenados de la energía, que se sintonizan con el plan de vida de cada uno, generando un Orden Superior en cada uno de nosotros. Así, el aparente caos tiene un propósito, volver al orden y dejarse impregnar por la vibración que lo sostiene y que ofrece, aunque manteniéndose oculta, la energía de la calma y la paz.
lunes, 29 de noviembre de 2010
El propósito
Tras la sucesión aparentemente azarosa e incluso caótica de acontecimientos en nuestra vida y en el mundo, se esconde el despliegue de un orden y un propósito superiores.
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